domingo, 26 de mayo de 2013

Agur San Mamés

Muchas gracias por tantos goles, tantas alegrías, tantos momentos de nervios, tanto ánimo a los jugadores y entrenadores, tantos aplausos, tanto oxígeno que insuflas a los chavales cuando están agotados.
Uno recuerda el 4-3 a Osasuna, el 3-0 al Sevilla en Copa, el partido contra el Manchester o el del Sporting de Lisboa, el golazo de Urzaiz al Recre, las paradas de Gorka ante el Madrid en aquel 1-0 hace ya unos años, el gol 100 de Julen Guerrero al Albacete de falta directa, el partidazo del año pasado bajo la lluvia contra el Barcelona, y un largo etcétera.
Jugadores como Etxeberría, Gurpegui, Iraola, Del Horno, Urrutia, Alkiza, Alkorta, Karanka, Valencia, Larrazábal, Carlos García, Aitor Ocio, Tiko, Orbaiz, el grandísimo Julen Guerrero, Isma Urzaiz, Aduriz, Susaeta, Ander Herrera, Gorka Iraizoz, Larrainzar, Roberto Ríos, Ziganda, Aranzubía, Javi González, Yeste, Lafuente, Lacruz... Entrenadores de la talla de Heynckes, Bielsa, Caparrós, Clemente o Valverde se han sentado en el estadio y yo los he podido disfrutar. Yo he sido un afortunado de verlos dejarse la piel a todos por ese escudo, llevados hasta el cielo por una paciente, entendida y amante del deporte afición bilbaína.
Lo dice uno que nunca se ha sentado en esas centenarias gradas. Imagino lo que dirán o sentirán aquellos afortunados aficionados que cada quince días entraban al campo y apoyaban con su camiseta y bufanda durante noventa minutos y me quedo sin palabras. No hay nada más que decir gracias, gracias y mil veces gracias. El templo pasa a estar unos metros más allá. La Catedral se viene abajo, pero su espíritu permanecerá intacto en el corazón de todos. Nunca será lo mismo, pero el Athletic seguirá vivo. El Athletic siempre seguirá vivo. Hasta siempre, San Mamés.


No hay comentarios:

Publicar un comentario