Hoy nos
ha pillado por sorpresa a todos una noticia que va a dar mucho que hablar
durante mucho tiempo. Esperanza Aguirre, sempiterna política de Madrid y de
nuestro país, abandona la política. O mejor dicho, deja la primera línea de
fuego de la actividad pública madrileña.
La madrileña, que lleva más de media
vida dedicándose al servicio político, ha ostentado casi todos los cargos que
una persona que entra en este mundo puede tener. Concejal en el Ayuntamiento de
Madrid, diputada regional, senadora, etc, pero hay tres cargos que seguro la
han marcado durante su vida política.
El primero
de ellos, su elección por parte de José María Aznar en su primera legislatura
como Ministra de Educación y Cultura. Dicha cartera la dejó en manos de su
hasta hoy “jefe” Mariano Rajoy, para desempeñar otra de sus grandes ocupaciones: Presidenta del Senado. Fue la
primera mujer que ha desempeñado este puesto. En 2002 abandona este cargo para
presentarse como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Tras ganar
las elecciones sin conseguir mayoría absoluta con polémica (dos tránsfugas del
PSOE tuvieron la culpa), se tuvieron que repetir dichos comicios para, esta vez
sí, conseguir esa mayoría que la llevó a Presidenta de la Comunidad madrileña,
siendo la primera mujer que consigue ser elegida como regidora de una comunidad
española. En este cargo ha estado hasta el día de hoy, consiguiendo las tres
veces que se presentó (2003, 2007 y 2011) la tan ansiada y prestigiosa mayoría
absoluta. Antes de las elecciones del año 2011 abandonó temporalmente la vida
pública debido a un tumor que tuvo que tratarse, y que, parece ser, es una de las
razones por las que deja la vida política –aunque ella recalca que
presuntamente está curada, cosa que por otro lado yo deseo que sea verdad-.
Una mujer
que jamás se ha mordido la lengua. Suyas son famosas las desavenencias con el
ahora Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón cuando éste era Alcalde de
la capital. Siempre ha dicho lo que piensa, cosa no muy normal en este mundo,
donde las formas se guardan más de lo que, a mi parecer, se debería hacer. Crítica
en muchos momentos con la gestión al frente del PP con Mariano Rajoy, muchos
han dicho de ella que era así para ocupar el sillón del gallego. Su forma de
ver la política se va a echar de menos.
Respetada
por sus compañeros, y sobre todo, temida por sus enemigos políticos, va a dejar
un hueco enorme en el PP tanto madrileño como nacional. Ahora toca comenzar a
ver al Partido Popular sin uno de sus pesos pesados. Toca acostumbrarse a vivir
la política sin la eterna Esperanza Aguirre. Ella su lucha política siempre la
ha conseguido ganar. Ahora le toca estar cerca de los suyos, de sus familiares
y amigos, y de intentar que el maldito cáncer no sea la única manera de
derrotarla. Hasta siempre, presidenta.
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