lunes, 25 de marzo de 2013

La violencia no cabe hoy

La crisis española, europea, y mundial, está alargándose más de lo que muchos podemos soportar. Es triste tener que hablar de todo esto, pero la situación se está convirtiendo en insostenible. Largas colas en el paro, cierre de empresas, rescates en países vecinos, bancos refinanciados, etc. A todas estas cosas se le une algo que la gente no podemos defender ni pasar por alto: la corrupción. Noticias sobre cargos públicos o políticos que hacen canalladas de tal calibre hacen que la indignación aumente exponencialmente.

Pero una cosa es estar cabreado, y otra cosa es la oleada de actos violentos y que se acercan poco a la democracia de un país desarrollado. Yo entiendo que la gente esté cabreada. Entiendo que la desesperación cunda en aquellas personas que pierden o van a perder su casa. Quizá no me toque tan de lejos. También puedo comprender la indignación de las personas afectadas por las preferentes. Pero no comparto ni entiendo que por todo esto se persiga a los políticos -para ser más exactos, a cargos políticos del Partido Popular-, insultarlos, coaccionarlos, ir a su domicilio particular a gritarles, y un largo y triste etcétera.

Son muchos los casos que aparecen últimamente en televisión y en las redes sociales. Una afiliada del PP en Tenerife es agredida por una persona en la sede local de dicho partido. A Lasquetty, Consejero madrileño, le intentan agredir también en la capital. Un Consejero manchego tiene que abandonar un bar donde desayunaba por los gritos y los insultos de personas de la asociación PAH. Ruiz-Gallardón tuvo que aguantar gritos de "asesino, asesino" en la puerta de su casa. Y el caso más conocido, el de Esteban González Pons, cuando su familia aguantó a personas aporreándole la puerta y recibiendo todo tipo de improperios. ¿En esto se ha convertido la democracia del Siglo XXI?

Una cosa que es muy peligrosa es intentar mezclar ambas cosas. Mezclar la injusticia de la ley hipotecaria, del tema de los desahucios, o del engaño de las preferentes, con la violencia a cargos públicos españoles. Que no intenten con ese populismo barato excusarse en todo esto para hacer a sus anchas lo que quieran con nuestros representantes. Porque no es justo. ¿Es que los desahucios se han empezado a dar con Rajoy en Moncloa? ¿No saben que fue el PSOE el que rechazó en primer lugar la dación en pago, el que agilizó los desahucios poniendo magistrados específicamente para eso, y sobre todo, el que nos metió en esta crisis? Por favor, un poco de memoria.

Yo comparto el enfado de todas personas afectadas por las preferentes. Y sobre todo, de aquellos que van a perder su casa y que van a seguir con una deuda impagable. Pero a mí no me representa alguien que intenta mediante la violencia y los insultos querer cambiar el voto de un político. El miedo no cabe en nuestra democracia. Lo siento, pero así no se solucionan los problemas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario