Una persona que iba de cara, que decía todo lo que pensaba, y que nunca tenía una mala palabra para nada ni para nadie. Cuando abandonó Gijón, solo tuvo palabras de ánimo y de agradecimiento.
Y eso que la vida le ha puesto muchas piedras en el camino. Más que piedras, rocas. La muerte de su mujer fue algo duro. Pero perder a un hijo tras pasar poco menos de dos años, fue otro palo que don Manuel supo encajar mejor de lo que muchos podríamos saber encajar. Hace poco le tocó, de nuevo a él, superar otra pérdida: su padre le dejaba tras ser atropellado.
"No queda otra, o te pegas un tiro o eres optimista, y opté por la segunda vía" dijo en un momento. Y bien que lo fue. Siempre una sonrisa, siempre buenas palabras. A Manuel Preciado, cántabro de nacimiento, y asturiano de adopción, se le puede comparar con la figura de un boxeador. Ha peleado hasta que ha podido.
Nos deja un gran entrenador, y una excelente persona. El único consuelo que nos queda es que se va a poder reunir con sus familiares.
Un abrazo Manolo, el fútbol nunca te va a abandonar, y sabemos que estés donde estés, tú tampoco te vas a olvidar de todos nosotros.
MANUEL PRECIADO (1957-2012) DESCANSE EN PAZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario